El primer día completo

Cuando amanecía, escuché a Juan Luis buscarme, pero no conseguía encontrarme, hasta que finalmente abrió la puerta de mi casa y pude levantarme, ya que tenía ganas de hacer pipí.

Juan Luis se fue con su moto y aparecieron Ibon y Begoña, que me decían "Urko, hoy cumples tres meses", "te vamos a llevar al médico, para que compruebe como estas, vás a conocer a Ignacio, a Sandra, Fernando... ellos te van a cuidar siempre".

Por eso, a media mañana me montaron en el mismo coche que habíamos venido el día anterior y fuimos a una especie de clínica para animales, donde vi a otros perros, a gatos curándose... Ignacio empezó a mirarme y hacerme pruebas, y hasta me pesó. Ibon se sorprendió cuando me bajé de la báscula y pesaba, con sólo tres meses, 18,75 kilos.

Al llegar a casa de nuevo, me metí en la casita donde había dormido y escuché decir algo de unos planos, de un arquitecto, que había que reformar la casa porque no iba a entrar... no se por qué lo decían ya que entraba perfectamente por la puerta. Parece que este iba a ser mi hogar de aquí en adelante.

Llegó la noche y mis temores. Otra vez sólo. Aunque la verdad es que estuve tumbado todo el día tan tranquilo, me seguía acordando de mis padres, pero con menos tristeza que ayer... hasta que llegó la noche y si que me entró de nuevo mucha tristeza.

Empecé a llorar y llorar, aullando durante mucho rato. Hasta que apareció Ibón de nuevo, me cogió en brazos y me llevó a su cuarto. Me tumbe a los pies de su cama y me quedé dormido.